miércoles, 31 de octubre de 2007

Luis Rico cantó por la esperanza y en contra de la corrupción


Venimos de todas partes a este centro de la esperanza de Bolivia que es Santa Cruz”, dijo el cantautor tupiceño, Luis Rico, antes de iniciar el concierto que dio ayer en el sindicato de micros de Santa Cruz (tercer anillo interno, entre Roca y Coronado y Centenario). El concierto fue parte de la campaña que el Viceministerio de Transparencia y lucha contra la corrupción lleva adelante para frenar el mal uso de influencias, el robo y las coimas en diferentes entidades que manejan recursos ciudadanos, desde el Gobierno hasta las prefecturas y alcaldías. Luis Rico interpretó canciones con profunda crítica social e hizo un homenaje a Gladys Moreno, a la que en uno de sus temas calificó de “señora de la canción y alondra de la alegría”; y a Noel Kempff Mercado, que fue un maestro para el tupiceño.“Cuando tenía ocho años mi padre me trajo a Santa Cruz y yo hice lo primero que hace un colla cuando llega aquí: me enamoré de una camba que era mayor que yo. Después le escribí esta canción, se llama Serenata y es para Gladys Moreno”, dijo y después narró su encuentro con Noel Kempff, días antes del viaje que le costó la vida en Huanchaca.Antes de la presentación de Rico, sobre el escenario estuvo el folclore de Pedro Claure y su grupo; hubo una presentación de perros policías amaestrados y discursos. Isaac Ávalos y la delegada presidencial, Gabriela Montaño, hablaron sobre la inminencia del traslado de la Asamblea Constituyente a Oruro esta semana, de la aprobación del Bono Dignidad y de la necesidad de que la gente se anime a denunciar la corrupción, porque, según dijo Ávalos, el presidente Morales le comunicó que Bolivia ha logrado alejarse de los primeros puestos en la lista de países corruptos.Rico afirmó que con estos conciertos (ya cantó en Chapare y de aquí se va a El Alto para seguir en la ciudad de La Paz) no son para ganar popularidad, sino para dialogar con la gente. “Fuimos perseguidos en las dictaduras y víctimas en la época de la democracia pactada en la que un partido gobernó con todos los demás, ahora queremos una democracia participativa. Éste es un tiempo de cambio, pero entre comillas, porque aún no vemos un cambio real”, dijo. Agregó que en Bolivia la corrupción es un monstruo no sólo en los gobiernos, sino también en los hogares, en los que algunos hombres llegan con el sueldo incompleto en desmedro de sus hijos.
Darwin Pinto
Publicado en El Deber. Santa Cruz 29 de octubre del 2007